Historia de Canillas, Hortaleza y Gomeznarro

Gomeznarro forma parte del actual Barrio de Canillas en Madrid. Se trata del
antiguo Poblado Dirigido que llevaba el nombre del pueblo ya
completamente extinguido y del cuál quedan muy pocos restos como son
la Ermita de San Blas y su Cementerio. El Barrio de Canillas forma parte del actual distrito de Hortaleza, que proviene del pueblo vecino a Canillas, también absorbido por el mismo proyecto de Gran Madrid.

 

En su día Canillas comprendía muchos barrios del actual Madrid y en palabras de su entonces Alcalde, Madrid entero podía ser contenido en la extensión de Canillas.

 

¿Pero cuál es la Historia de estos dos pueblos asimilados?

En este interesante vídeo a cargo de la LaGuia.es podremos visualizarla, pero, en cualquier caso, sólo podemos remitirnos al excelente Blog de Historias Matritenses[1]:

 

La Historia de ambos pueblos, Canillas y Hortaleza, comienza en la Alta Edad Media. Entre los siglos XI y XIII las ciudades toman un gran protagonismo erigiéndose en los verdaderos baluartes de la conquista entre el Duero y el Tajo. Curiosamente esta zona era denominada la Extremadura Castellana. Debemos de tener en cuenta que además de conquistar y doblegar a las fuerzas musulmanas era también muy importante el asentar lo conquistado y mantener las fortalezas necesarias para evitar el perderlas de nuevo.

 

Es bajo el Reino de Castilla cuando se dictan los Fueros (leyes) siendo su órgano de gobierno los Concejos, creándose así la Comunidad
y Villa de Madrid.

 

El poder otorgado a las ciudades Concejos y Comunidades de Villa y Tierra realengos sirvió a la corona para contrarrestar el poder de los nobles del norte de Castilla. Por otra parte, este poder era un incentivo para los nuevos pobladores, que pasaban a formar parte de
una sociedad más libre que bajo el mandato de los señores feudales. El primero de estos fueros es el fuero de Brañosera del año 824 [2]

 

En la ciudad principal el Concejo ejercía mediante los Fueros realengos el dominio sobre las aldeas de los territorios que estaban bajo su jurisdicción. Los territorios eran llamados alfoces.

 

El Fuero establecía los derechos y deberes de los ciudadanos que se adscribían a las Comunidades de Villa y Tierra, dando derecho al uso de los recursos naturales, llamados bienes comunales.

 

Las primeras oleadas de pobladores (todos venían del norte de Castilla) fueron muy escasas en cantidad. Tengamos en cuenta la gran extensión de terreno (1.500 kilómetros cuadrados) desde la sierra de Madrid y que el territorio estaba muy poco poblado por los musulmanes. Todo esto llevó al Concejo a dictar unas ordenes para que fueran poblados los márgenes de los arroyos y ríos, concediendo a los nuevos habitantes dispensas fiscales y un amplio uso sobre los bienes comunes, dehesas y prados para el ganado. Ver en este sentido este otro artículo sobre la procedencia del nombre de Gomeznarro.

 

Es así como nacen los primeros asentamientos al noreste de la Comunidad y Villa de Madrid, en torno a los arroyos Valdebebas, Hurtamojones, Gaciruelo,…. y es en el arroyo de Rejas donde se establecen las primeras casas de Hortaleza y Canillas, equidistantes a dicho arroyo, y separada una de otra por cuatrocientos pasos. El arroyo de Rejas discurría por la actual Gran Vía de Hortaleza.

 

En el siglo XIII aparecen por primera vez los nombres de Hortaleza y Canillas, con relación al comercio entre ambas villas y la Villa de Madrid, siendo sus principales transacciones cabezas de ganado, hortalizas y cueros. Canillas figura ya con iglesia y dezmería (según
la RAE: Territorio del que se cobraba el diezmo para una iglesia o persona determinada). Además existen escrituras de compras de terrenos por parte de las monjas dominicas en el año 1252.

 

En el siglo XIII aparecen por primera vez los nombres de Hortaleza y Canillas, con relación al comercio entre ambas villas y la Villa de Madrid, siendo sus principales transacciones cabezas de ganado. hortalizas y cueros.

 

Los impuestos que soportaban los pueblos eran: derramas para construcciones puntuales, por ejemplo caminos; gastos comunes para el ayuntamiento y la corona. Además había unos impuestos extraordinarios para grandes empresas como la construcción del Palacio del Pardo o la guerra para la conquista de Granada (1482-1492). A cada municipio le
eran demandados un número de hombres y cabezas de ganado, y el municipio optaba entre entregar estos o su equivalente en dinero. Para municipios tan pequeños como Canillas y Hortaleza esto supuso un gran sacrificio.

 

Entre los años 1508 y 1512 existen diversos documentos en los que el Alcalde de Canillas se quejaba a la reina Isabel la Católica pues tuvieron que acoger y mantener en uno de los caseríos a las tropas que participaron en la conquista de Granada, y esto ocasionó incluso hambrunas entre los vecinos.

 

En 1519 Carlos V manda subir los impuestos y esto provoca la revuelta popular de los Comuneros, que pedían la vuelta al sistema de Concejos. Finalmente los señores principales de la zona (como el Duque del Infantado o el señor de Alcobendas) mandaron sus ejércitos contra los Comuneros y vencieron. Hortaleza participó activamente en la rebelión, de ello dan fe los escritos en los que figuran los nombres del Alcalde y varios vecinos que tomaron las armas contra las fuerzas leales a Carlos V.

 

En 1535 se acuerda la construcción de una iglesia en Hortaleza, ya que hasta la fecha dependían de la parroquia de Canillas. Basado en unos informes hechos entre los años 1528 a 1530 por el heraldo público, se calcula que Canillas tendría 32 viviendas y Hortaleza 40. Aplicando la medía de ocupantes por vivienda para aquella época (3,75 habitantes por vivienda), tenemos una población para Canillas de 120 habitantes y unos 150 para Hortaleza.

 

Al finalizar la centuria, hacia 1590, el número de viviendas y vecinos en ambas villas se multiplicó por más de dos, siendo los vecinos de Canillas 262 y de Hortaleza 371.

 

En 1579 se elabora un estado de posesiones, y consta que Canillas poseía: casa-ayuntamiento, taberna, tienda de abastos y fragua, todo ello en un mismo edificio, y la dehesa de Valdecarros, el Sotillo y una dehesa pequeña en el camino de Canillejas.
Por su parte Hortaleza tenía: una gran dehesa comunal para ganado (en lo que hoy es Av. de Burgos), dos pequeños pastizales, casa-ayuntamiento, carnicería, fragua, taberna y tienda de abastos, que eran casas anexas al ayuntamiento.

 

Las casas eran de piedra y barro, siendo el techo tejas sobre madera de pino y ripia. Los edificios más significativos eran las iglesias, ya que los Concejos y los vecinos estaban obligados a proveer a la curia el material de construcción (maderas y yesos), y otros
materiales como leña. Además contaban con las “bulas del curato” que en determinados momentos les permitía recaudar fondos.

 

El siglo XVII experimentan una fuerte caída de la población. Canillas contaba con 70 vecinos en 1625, y con tan solo 18 en 1646. Por su parte Hortaleza pasó de los 85 vecinos en 1627 a 58 en 1633, debido a una epidemia de mortalidad acaecida en aquellos años.

 

En el siglo XVIII la población se divide en tres grandes grupos: los grandes arrendatarios de tierras de labor (un 16% de la población), poseedores de los animales de tiro y ganado; los profesionales cirujanos, boticarios, escribanos,.. y los pequeños productores y
jornaleros, que prácticamente pasaban las mismas dificultades y penurias. Por último estaban los pobres de solemnidad, que aunque no eran muchos (11 en Hortaleza), más del 80% eran viudas. La única industria que existía, si se puede llamar así, era la del
lavado de ropa. Disponían de borriquillos para traer y llevar la ropa a la Corte (por ejemplo, en Canillas se contaban 16 pollinos en 1762).

 

Los Condes de Canillas y los Condes de Salvatierra en Hortaleza, son los que recaudaban para sí los impuestos, percibiendo el primero 1.100 reales y el segundo 5.700. Por otra parte seguían vigentes los diezmos para la iglesia. Los condes tenían el poder para nombrar los puestos gubernativos y judiciales en sus villas.

 

La nobleza de la corte sigue comprando tierras, así a mitad de siglo tan solo queda un 10% en posesión de los vecinos. Se empiezan a conformar las grandes fincas de recreo, como la de los Paules en Hortaleza, cuya primera compra se hizo a finales del siglo XVII por
Don Jerónimo Portocarrero, o el Parque de Isabel Clara Eugenia y la Huerta de la Salud, propiedad ambas de los Duques de Frías. En definitiva, podemos llegar a contar hasta 7 grandes fincas de recreo de la nobleza en Canillas y Hortaleza.

 

El siglo XIX comienza con plagas, guerra y hambrunas diezmando considerablemente la población, que llegó a estar amenazada por la instalación en el cercano pueblo de Chamartín de la Rosa del mismísimo Napoleón.

 

La estructura de la sociedad continua manteniéndose como en el antiguo régimen, es decir, se siguen pagando las alcabalas. Así constan como principales perceptores de ellas los condes de Salvatierra, marquesa de Mejorada, conde de Canillas, marqués de Valmediano,… en los libros de los ayuntamientos datados en 1819.

 

Los grandes latifundistas eran los duques de Frías e Hijar y los marqueses de Santa Cruz, que arrendaban las tierras a las familias más pudientes que poseían los aperos y animales de labranza necesarios para su explotación, lo que permitió que estos últimos fueran
adquiriendo terrenos con los beneficios obtenidos.

 

Es en 1820 cuando empieza a producirse un cambio en los títulos de las propiedades. Los burgueses (nueva clase social en España hasta entonces desconocida y fundamentalmente compuesto por comerciantes y banqueros), comienzan a adquirir bienes bajo el Trienio Liberal (1820-1823). Así encontramos en los legajos notariales nombres como:
Sebastián Nikel, Juan Dot y Francisco Fiedrich, todos ellos comerciantes extranjeros. Este amanecer liberal se vio drásticamente cortado por la restauración absolutista de Fernando VII.

 

En septiembre de 1833 fallece Fernando VII, y toma la regencia Isabel II. Bajo el gobierno de Cea Bermúdez, se inician las reformas administrativas que supusieron la desaparición del antiguo régimen. De ello se encargó el Ministro de Fomento don Javier de Burgos,
promulgándose el real decreto de fecha 30 de Noviembre de 1833, según el cual se rediseñó las provincias de España, siendo esta división la más ajustada y lógica que hubo hasta la fecha. Es así como se formó la actual provincia de Madrid, tal y como la conocemos, estando formada en aquel entonces por 13 partidos judiciales, 197 ayuntamientos y 225 poblaciones. Hortaleza dependía judicialmente de Colmenar Viejo, y Canillas de Alcalá de Henares, mientras que ambas pertenecían a la diócesis de Toledo.

 

El cambio de régimen trajo un nuevo sistema de elección de cargos municipales. Solo podían participar los varones, mayores de edad, residentes en las localidades y debían de tener la categoría de vecinos, es decir ser contribuyentes. Entre las funciones municipales
estaban los pagos de consumos y contribución, reemplazos para el ejercito, sanidad, enseñanza, infraestructuras, mataderos,… todas ellas bajo la batuta del Gobierno Civil de la Provincia.

 

A mediados del siglo XIX se lleva a cabo la desamortización de los bienes eclesiásticos. Como ocurrió en tantos otros lugares de España, los campesinos con mayor poder económico aprovecharon la coyuntura para adquirir las tierras expropiadas, lo que permitiría a estos ir subiendo en el escalafón social, llegando a ser alcalde alguno de ellos en las décadas venideras (como Joaquín Aguado o Valentín Cuadrado).

 

Como principales terratenientes de la nobleza estaban los marqueses de Bedmar, que poseían tierras en Canillas, Barajas, Canillejas,
Hortaleza,….

 

Con la Restauración de 1876 volvieron muchas ordenes católicas, tanto a Canillas como a Hortaleza. En la primera, ya comenzado el siglo XX la Madre Cabrini puso en marcha su obra, y en Hortaleza los Paules y las Religiosas Ursulinas.

 

La ocupación de la población hasta estos años era de braceros para la labranza, y como ocurriera en siglo XVIII, alrededor de un veinte por ciento de la población se dedicaba a dar servicios a la capital, como ventas de productos frescos en sus mercados, sirvientas, lavanderas,…… la mayoría desempeñados por mujeres. .

 

Es en el último cuarto de siglo cuando una creciente inmigración llega sobre todo a Canillas, la mayoría empleados como albañiles en la
construcción del ensanche de Madrid y las propias urbanizaciones de la villa, o labores afines, como los tejares, u otro más penoso pero que tenía mucho peso económico: los traperos. También se asienta una clase social media alta: militares, pequeños empresarios, empleados de banca,…. en los nuevos desarrollos urbanos de Canillas de la Concepción y la Ciudad Lineal.

 

Las condiciones de las casas de estos nuevos obreros eran lamentables, no disponían de agua, saneamientos, ni electricidad en su mayor parte; y las condiciones higiénicas eran sumamente precarias. Casi la totalidad de las rentas debían de ser destinados a productos de primera necesidad (techo, alimentos y ropa). Este fue el caldo de cultivo propicio para un movimiento reivindicativo obrero, como veremos en siguientes capítulos.

 

No obstante, el principal ingreso de los cascos urbanos de Hortaleza y Canillas siguió siendo la agricultura, aunque hay que tener en cuenta la reducida población del casco de Canillas respecto al total del municipio. Seguían cultivando fundamentalmente trigo, algo de vid y hortalizas. Tenían algún arroyo con pesca, un molino de aceite en Canillas, otro de chocolate en Hortaleza, y alguna tahona. La ganadería era lanar y caprina, muy escasa.

 

La industria, por llamarlo de alguna forma, eran pequeños talleres relacionados con la agricultura (herrerías, fábrica de carros,…) . Los tejares y cerámicas eran las empresas con más obreros. También elaboraban pan, vino y aceite, y vendían a otras poblaciones
(fundamentalmente Madrid) los excedentes de grano, frutas, leche y aves.

 

Otra importante fuente de ingresos era el transporte mediante borricos, ya fuera de productos propios (pan, ropa de los lavaderos, vinos,…), o las frutas y hortalizas de la rivera del río Jarama para la capital.

 

Canillas contaba con una veintena de casas, repartidas en seis calles que iban a desembocar en la plaza Mayor. Sus edificios principales eran la Casa Ayuntamiento con cárcel y la Iglesia parroquial de San Juan Bautista. En 1848 tenía 101 habitantes, y en el Anuario Administrativo y Estadístico de 1868 constaban 36 vecinos, siendo su número de habitantes 193 en 1860 y 208 en 1866.

 

Los quintas o fincas más destacadas eran el Alejar de Calero, el del Quinto, el Olivar de la Hinojosa y las Dehesillas, junto al casco urbano de Canillas. Por su término municipal pasaban los arroyos Abroñigal y del Santo. Lindaba al norte con Hortaleza; al este con
Barajas y La Alameda de Osuna; por el sur con Canillejas y Vicálvaro (su limite lo marcaba la carretera de Aragón); y al oeste con Madrid y Chamartín de la Rosa.

 

Hasta 1850 el Ayuntamiento funcionó conjuntamente con el de Canillejas, debido al escaso número de habitantes de las dos localidades. La situación de Canillas era tan precaria que tuvo que vender parte de su Casa Ayuntamiento al notario Mariano García Sancha en 1864.

 

Desde 1870 Canillas empezó a crecer de forma extraordinaria, fundamentalmente por el ensanchamiento de Madrid, que tuvo una repercusión en todas las carreteras que entraban a la capital donde los nuevos habitantes se asentaban. En el caso de Canillas fue la
carretera de Aragón (actual calle Alcalá), la que atrajo a mucha población. Fue espectacular el aumento del barrio de las Ventas del Espíritu Santo y la Concepción. Otro lugar determinante de este crecimiento fueron los aledaños del arroyo Abroñigal (actual M-30).
Allí nacieron numerosos barrios, como el de San Pascual, Cerro de la Cabaña,…. debido a dos factores, la rápida vía de comunicación que suponía la carretera de Aragón con la capital y lo barato que eran los terrenos comparados con el otro lado del arroyo.

 

Tal fue el crecimiento que en 1877 se nombraron dos alcaldes más para los barrios del Arroyo Abroñigal y las Ventas; y otro para el barrio de la Concepción (lo que hoy conocemos por Juntas de Distrito). Tanta importancia tenía el municipio, que el pueblo aledaño de Alameda (hoy Alameda de Osuna), pidió unirse a Canillas, siendo rechazado por el consistorio.

 

Otro hecho determinante para el crecimiento de Canillas fue la puesta en marcha del primer tramo del tranvía de la Ciudad Lineal en 1899. A su vez el proyecto de la Ciudad Lineal de don Arturo Soria supuso la creación de un nuevo barrio, que aunque no muy poblado si daba mucho trabajo y fomentó el crecimiento de barrios en su entorno.

 

Respecto al casco urbano de Canillas propiamente dicho, se dan los siguientes datos en la Guía de la Provincia de 1888 (Biblioteca Comunidad de Madrid). Tenía 117 vecinos y 468 habitantes. Contaba con 120 casas, que se repartían en 6 calles muy mal cuidadas, según reseña el informe. Había una sola escuela mixta, que era un desastre debido a la indiferencia de la Junta Local de Educación. El Ayuntamiento lo componían 7 concejales. No tenía médico, ni farmacia, ni veterinario, ya que no podían mantenerlos.

 

Es en el cambio de siglo cuando se cierra el viejo ayuntamiento de Canillas y se traslada al barrio de Vista Alegre, junto a la carretera de Aragón. Las alcaldías de barrio eran: pueblo de Canillas; barrio del Ventorro del Tío Chaleco o Cerro de la Cabaña; Concepción y
Espíritu Santo; nombrados de menor a mayor importancia. En definitiva, el centro de poder fue trasladado del pueblo de Canillas a un nuevo barrio mucho más pujante y poblado.

 

Hortaleza pasaba de las 100 casas, distribuidas entre 12 calles y su plaza mayor. Tenía Casa Ayuntamiento con cárcel, carnicería, taberna y escuela para niños. Su iglesia, San Matías, se encontraba en ruinas y celebraban los oficios en la capilla del cementerio. En 1848 tenía 373 habitantes; y en 1868 figura con 135 vecinos, siendo su número de habitantes 554 en 1860, y 598 en 1866.

 

Discurría en su territorio el arroyo Valdebebas. Los municipios colindantes eran: al sur Canillas; al oeste Chamartín de la Rosa y Fuencarral; al norte Alcobendas y al este Barajas.

 

El nuevo régimen aportó beneficio al pueblo, ya que en 1848 se reformó la Casa Ayuntamiento, la carnicería, la fragua y la taberna, todo ello con cargo al superávit de los tres años precedentes.

Contaba con albergues, como el de Santa María de la Cabeza y mesones como El Garnacho, que era famoso entre los arrieros que hacían la ruta entre Burgos y Toledo, ya que en lugar de entrar a Madrid pasaban por el extrarradio e iban a descansar a Hortaleza. Además los precios eran mucho más baratos que en la capital.

 

En la Guía de la Provincia de 1888 (Biblioteca Comunidad de Madrid), se dice que tenía dos fuentes, una dentro del pueblo llamada la Bomba de la que se proveía el vecindario, y otra en el camino de la Charca de Juana. Se contaban 168 casas, 150 vecinos y 635 habitantes; y como fincas o quintas principales se citan la del conde de Torrepilares y la de Joaquín de la Torre. Rodeaban al pueblo la finca de La Moraleja y los despoblados de Mesones, Hurtamojones, Riba-Crisóbal y Riba-Delgaz.

 

La evolución sigue en el s. XX con un aumento de población proporcional a la que se produce en todo el país. La economía agraria se mantiene en las líneas generales que tenía hasta ahora, es decir, con predominio de la economía familiar (parcelas pequeñas y de
propiedad familiar). La Industria es escasa y subsidiaria de la agricultura, aunque en 1905 existe una carpintería, una fabrica de barros, una ferretería y tres herrerías.

 

Desde la calle del Pinar, el camino de Hortaleza no estaba aún edificada en 1910. En su orilla izquierda surge el barrio de Arrabal del Carmen, donde se encuentra actualmente el Colegio de la Inmaculada.

 

En el censo de 1910 Hortaleza cuenta con 185 edificaciones. Pertenecía al Partido Judicial de Colmenar Viejo y estaba separado de Madrid por 10 km.

 

En el censo de 1920 cuenta con 841 habitantes.[3]

 

En 1926, con 15000, por lo que hubo, debido a los nuevos barrios, un incremento masivo. Ya en esta época algunas voces hacen ya comparativas en cuánto a los habitantes que tendría un Gran Madrid que anexionara los pueblos de los alrededores, comparándolo con la población de Barcelona.[4]

 

Antes de su anexión a Madrid, en 1950, Canillas comprendía los barrios de Ciudad Lineal, Ventas del Espíritu Santo (sólo en su parte izquierda), Cerro de la Cabaña, San Pascual, Marqués de Portugalete, La Concepción, Alegría, San Juan y Baterías.Contaba con alrededor de 25000 habitantes.[5]

Ya a finales de los años 50. España, en plena dictadura franquista, acaba de salir de la posguerra y finalizado su aislamiento internacional. Con la ayuda norteamericana, comienza una fase de desarrollo económico tras años de crisis económica y cartillas de racionamiento. El nuevo desarrollo e industrialización de Madrid demanda de innumerable mano de obra joven y cientos de miles de españoles procedentes del medio rural, huyendo de la miseria en el campo, se dirigen a la capital en busca de trabajo.

 

Para paliar esta situación se crean los poblados dirigidos. Estos fueron una iniciativa del Gobierno de la época para la construcción de vivienda barata enmarcada dentro del Plan Nacional de Vivienda del año 1955. En esta iniciativa formaron parte jóvenes arquitectos cuya participación en estos proyectos sirvió de punta de lanza para la entrada de la arquitectura moderna en España, bajo cuya tutela y la del Ayuntamiento de la capital, se permitió la autoconstrucción de vivienda a los futuros propietarios. Se realizaron en total 8 de estos núcleos ayudados por la reciente normalización del suministro en el país de hierro y cemento.

 

El Poblado Dirigido de Canillas, que será el que nos ocupe, fue comenzado en 1956 de la mano del arquitecto Luis Cubillo de Arteaga (inspirado en el neoplasticismo holandés, los cuadros de Mondrian y en el arquitecto Arne Jacobsen). [1]

http://www.gomeznarro.es/gomeznarro-un-barrio-con-historia/neoplasticismo/

La entrada de arquitectos jóvenes supuso ideas innovadoras para la resolución del complejo desafío político-social. Tal y como dijo Luis Valero, director del Instituto Nacional de Vivienda en 1956, dada la situación, era necesario “agudizar el ingenio”.

 

Estos poblados fueron promocionados a través del INV y la Comisaría General de ordenación urbana de Madrid (COUMA), que compró y preparó el suelo cediéndolo a empresas privadas, sociedades inmobiliarias o a la Obra Sindical del Hogar.

Estructura del Poblado Dirigido de Canillas

El poblado dirigido de Canillas fue construido en las cercanías del antiguo pueblo que le da nombre, Canillas, entorno a un proyecto inicial de Poblado de Absorción. Este último, diseñado por la Obra Sindical del Hogar y el arquitecto Federico Faci, ha sido demolido casi en su totalidad.

El poblado dirigido de Cubillo constaba de cuatro partes divididas por una serpenteante calle principal llamada Gomeznarro en honor de un pueblo de Valladolid. Esta es la calle que da nombre al blog y con la que comúnmente se denomina hoy en día a la zona. De esta calle principal salían calles secundarias en T para evitar los cruces.

Poblado_dirigido_Canillas

[2]

Cada unidad incorporaba las distintas tipologías de vivienda organizadas de manera escalonada y en hilera en dirección este-oeste. La tipología de vivienda incluía unifamiliares de dos plantas al sur, bloques de cuatro plantas y finalmente torres de doce al norte, junto a la carretera de canillas. De este modo y estructuradas de manera escalonada se posibilitaban las vistas de todos los bloques y un asoleo óptimo. Fueron realizados igualmente varios equipamientos como una zona comercial central (ya desaparecida), un cine, que finalmente no fue inaugurado y que acabo siendo un polideportivo, actualmente reconvertido en Aulas Taller del Centro Federico Chueca y la Iglesia parroquial de Nuestra Señora del Tránsito. [2]

Cabe destacar como soluciones arquitectónicas el uso de cubiertas invertidas y la construcción en ladrillo, impuesta para dar eficiencia a bajo coste en aquella época y facilitar el mantenimiento. [3 ]

Cómo se llevó a cabo

Para las viviendas se procuraron buenas condiciones de financiación a 50 años de tal manera que la mensualidad a pagar fuera reducida dadas las circunstancias en las que llegaban a la ciudad los habitantes originales. Sin embargo era frecuente el solicitar una entrada del 20% a la cuál pocos podían hacer frente. La solución propuesta fue la autoconstrucción de tal manera que si los futuros vecinos trabajaban en la construcción del barrio como mano de obra quedaban exentos de este pago. Eran los llamados Domingueros (pues era en Domingo cuando realizaban esta prestación).

 

En palabras de Antonio García Burgos, único delineante del arquitecto Luis Cubillo: “Construir esto fue un triunfo, teníamos cuatro perras en las que todo el mundo se iba a buscar trabajo a Alemania”. Pone en contexto la situación de la época y del lugar en el mencionado terminó viviendo y criando a sus hijos y que él mismo delineó.

Poblado_dirigido_Canillas1

[1]

El propio Luis Cubillo afirmaba lo siguiente:
“La faceta más divertida de los poblados dirigidos, al menos para mí, fue la experiencia de la prestación personal. Exigía una dedicación tremenda, porque los sábados y los domingos nos reuníamos con una serie de insensatos; un señor que era corneta, otro peluquero (…) Fue emocionante todo aquello (…) Los arquitectos lo éramos todo allí; gerentes y arquitectos directores. Tuvimos esos dos grandes riesgos, y para mí el mayor fue el de hacer el papel de gerentes, por la importancia económica que tenían los poblados dirigidos. A veces me parece un milagro que aquello saliese bien, porque aunque supiéramos de construcción, de finanzas no teníamos ni idea (…) lo recuerdo como la época más feliz profesionalmente.” [4]
En una entrevista el hijo de Luis Cubillo, Luis Cubillo hijo, nos da información que sirve para hacerse una idea del ambiente en el que se realizó la obra: “Fue el proyecto del que más disfrutó mi padre”, “Se sabía la vida de todos, cuántos hijos tenían, si se ponían enfermos…” o “Si alguien se moría o le pasaba algo, la vivienda la finalizaban entre los demás y se la entregaban a la familia.” Existían fuertes lazos de solidaridad entre la cuadrillas de domingueros. Se prescindió de lo superfluo en la construcción buscándose la pureza geométrica repitiéndose patrones de cerámica, juegos de claros y luces en los adosados y en las torres respectivamente. Al final se acabó levantando un barrio para 1500 familias.[5]

 

http://www.gomeznarro.es/gomeznarro-un-barrio-con-historia/luis-cubillo-de-arteaga/

 

Una foto área del barrio en aquella época muestra un barrio como de Magritte y su realismo mágico, donde los bloques de dos y cuatro alturas se ordenan perfectos, fríos y solitarios, en un paisaje en aquel entonces casi desértico en el que solo destacan unos cipreses en el horizonte. Como un Jacobsen, menos frío, pero más seco: perfecto en la solución de las cubiertas, sobrio y seguro en la composición de las fachadas y estricto en la distribución y dibujo de las plantas. [6]

 

En esta otra entrada del ABC de la época se puede ver el elogio de la prensa a los trabajadores de las cuadrillas de domingueros:

http://hemeroteca.abc.es/nav/Navigate.exe/hemeroteca/sevilla/abc.sevilla/1960/06/25/005.html

Y ya para terminar, si lo que se desea es conocer en profundidad la Historia pasada y moderna de Canillas, nada como el excelente libro de Ricardo Márquez o visualizar la exposición de fotografía histórica a cargo de las vecinos del Barrio.

 

Fuentes:

[1]Historias Matritenses http://historias-matritenses.blogspot.com/2009/03/canillas-y-hortaleza-primera-parte.html#ixzz2HPeKMX6c

[2] Brañosera http://branosera.com/fuero.php

[3] El tramo de Silvano http://eltramodesilvano.galeon.com/

[4]ABC http://hemeroteca.abc.es/nav/Navigate.exe/hemeroteca/madrid/abc/1925/04/24/015.html

[5] Madripedia http://madripedia.es/wiki/Canillas

Fuentes:

[1] Wikipedia

[2]DocomomoIbérico

[3] Fuente:realidad-vivienda-obrera luis moya

[4] La Ciudad Viva www.laciudadviva.org

[5] El País

[6] Madripedia

 

Fotografía:

[1] CastillodelaJara Panoramio:  http://www.panoramio.com/photo/44169177

[2] Subur: http://subur.urbanaccion.org/?p=1554

[6] Wikipedia

[7]DocomomoIbérico

[8] Fuente:realidad-vivienda-obrera luis moya

[9] La Ciudad Viva www.laciudadviva.org

[10] El País

[11] Madripedia

[12] CastillodelaJara Panoramio:  http://www.panoramio.com/photo/44169177

[13] Subur: http://subur.urbanaccion.org/?p=1554

 

 

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